viernes, 13 de julio de 2012

Pido Permiso...

Este texto no lo he escrito yo. Me ha llegado por intermedio de una amiga, y es del Centro de Economía y Delito de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B.A. Declaración de los Dres. Vicente Díaz y Carlos Negri, sobre la resolución 3333 del 23/5/2012.


"A lo largo de la vida le he tenido que pedir permiso a mis padres, a mis maestros, a veces a mi familia y a mis amigos. Pedir permiso es solicitar un consentimiento para hacer o decir algo. Se pide permiso por ser menor y no tener edad para decidir, por respeto, o por amor. También por temor.

Soy mayor de edad, cumplo mis obligaciones ciudadanas, pero por alguna razón que no logro discernir, tengo que pedirle permiso a un funcionario, al que le pago el sueldo, para poder viajar, dejar que decida cuanto dinero necesito para el viaje, aclararle hacia donde voy y cuanto tiempo pienso estar, para que el individuo decida cuanto puedo gastar. ¡Y la plata es mía!
Además, el funcionario, al que le pago el sueldo, que forma parte de un grupo de funcionarios, a los que también les pago el sueldo, eso incluye a la presidente, que es mi mandataria y yo soy su mandante, o sea que es mi, (nuestra) empleada, ha decidido que no puedo ahorrar en US$. Debo ahorrar en pesos que se devalúan todos los días, cuestión de obligarme a gastar, para que la economía no “se enfríe”.

Alguien debería aclararle al, o a los funcionarios, incluyendo a la presidente, que la economía está entrando en un gélido invierno, y no es porque “el mundo se nos cayó encima”, salvo que Europa haya tenido la inverosímil puntería de caer sólo sobre Argentina, respetando las fronteras del Uruguay, Brasil, Chile y hasta de Paraguay.

Tengo que pedir permiso para importar, desde remedios, hasta libros; tengo que pedir permiso para exportar. Tienen que decir qué se exporta, cuanto y a cuánto, y a partir de ahí, pagar retenciones sobre los dólares que gracias al esfuerzo y al trabajo de otros, que no son funcionarios, entran al país. Argentina necesita dólares, y por desgracia, como nos aclaró Pagliero, “¡no los fabricamos!”… todavía. Cuidado con la ex Ciccone, ésa que nadie sabe quiénes son los dueños y porqué, en un país que estatiza todo lo que puede, sigue siendo privada y no una subsidiaria de la Casa de la Moneda.

¡Tengo que pedir permiso para vivir! Con el disparatado sistema abolicionista del código penal (al que harán desaparecer si no hacemos algo al respecto), hay que pedirle permiso a los chorros para que sean gentiles y sólo nos roben, o asalten, o secuestren, pero que no nos maten o violen. Los malvivientes, “víctimas de la injusta sociedad”, salen en libertad, mientras nosotros acumulamos rejas, alarmas, puertas blindadas y pagamos seguridad privada.

Tengo que pedir permiso para saber qué hacen con mis impuestos. ¿Y la ley de transparencia de los actos de gobierno? ¿Por qué tengo que mantener la millonaria pérdida diaria de Aerolíneas Argentinas para que los chicos de la Cámpora jueguen con los avioncitos y cobren sueldos siderales?
A mi NO me pidieron permiso para el disparate de “fútbol para todos”, que nos cuesta $1.200 millones por año, ni para “automovilismo para todos”, que nos cuesta $450 millones por año; ni para lanzar el 5° (quinto) plan de construcción de viviendas desde 2003, incluyendo “Pesadillas compartidas”, que se llevaron de nuestra plata, la friolera de $750 millones, y todo sale de los aportes de los jubilados. Nuestros aportes. Nadie contesta.

Tengo que pedir permiso para saber por qué se confiscó (es el verbo adecuado) YPF y no se hizo como lo indica la ley de expropiaciones. Tengo que pedir permiso para saber por qué los actos de este gobierno a nivel internacional, hacen que mi país, Argentina, sea cada día menos creíble.
Pido permiso para saber, pero nadie contesta. Mis preguntas no importan. Y deberían importar. Soy ciudadana argentina, pago impuestos, voto, dependen de mi, aunque sea minoría. ¿Cómo hemos llegado al punto en que el gobierno ignore estas verdades?

¿Tengo que pedir permiso para ejercer mis derechos constitucionales? ¿Tengo que pedir permiso para asumir mi ciudadanía argentina en plenitud? Algo está mal. Algo está profundamente equivocado en Argentina. Y no son sólo mis derechos, es más bien el hecho de permitir que coarten mis derechos y no exigir que me los respeten.

Soy una ciudadana argentina; Argentina es (o debería ser) una república, y aunque forme parte de la minoría que no votó a este gobierno (46%), tengo inalienables derechos que hacer respetar. Y los opositores, casi todos ellos en sintonía con el pensamiento gubernamental, más honestos y más institucionales (lo que no es difícil,) nos deben una alternativa posible. Mis libertades individuales están en juego, no debo, ni puedo permitir que las avasallen.

El gobierno, todos los que lo conforman, los tres poderes y en particular el ejecutivo, deben escuchar. Este no es el camino. Ya lo anduvimos demasiadas veces, ya sabemos de la euforia de los comienzos populistas y de los demoledores finales que inexorablemente llegan.

De nosotros, de nuestros reclamos, de la reiteración de los mismos, de nuestra prédica constante sobre el respeto a la CN, y el respeto que nos debe el gobierno, de nuestro clamor por libertad y justicia, depende que cambien el rumbo. Y deben cambiarlo. De no hacerlo, una vez más, Argentina se hundirá y será más difícil salir de una nueva recaída. ¡Basta de pedir permiso!"

*Centro de Economía y Delito de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B.A. Declaración de los Dres. Vicente Díaz y Carlos Negri, sobre la resolución 3333 del 23/5/2012.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Interesante Reflexión

Me llegó este texto a través de un gran amigo y estoy tan de acuerdo que quiero compartirlo con todos ustedes:

Escribió el RP MAMERTO MENAPACE

Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.

Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:

-a aprender a amar

-a dejar huella

-a ser felices

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

-Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,....... para dormir tenemos siglos después.

-Valorar la libertad como una forma de vencerme a mi mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

-El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de las micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día.

Querernos.

Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual.

Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias.

Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.

Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.

Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.

Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías

y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.

MAMERTO MENAPACE monje benedictino y escritor

sábado, 25 de febrero de 2012

Silencio y Error Humano.

Puedo comprender el entusiasmo partidario. Puedo comprender la defensa de un gobierno por parte de sus seguidores más acérrimos. Incluso yo mismo puedo defender ciertas medidas, no todas por supuesto, y puedo defender a algún miembro del gobierno por sus acertadas medidas, a mi humilde entender.

Lo que no puedo entender es como algunos seguidores y defensores del Kirchnerismo no se llaman a silencio en el dolor de la tragedia de las 51 familias de los fallecidos y las más de 700 familias de los heridos.

Es posible que estimen que 51 personas menos representan solo una mínima parte del 54% que ha votado en favor de la Sra. Presidenta de la Nación. Y con las más de 700 personas heridas puedan seguir trabajando, dando dádivas humillantes para un ser humano, pero siempre por la causa.

Sería más importante que aquellos que no comprendan que los sentimientos de familiares, amigos, conocidos y desconocidos, que han vivido de cerca esta tragedia, son puros. La impotencia que se siente por lo sucedido es indescriptible. Obviamente quienes están cercanos al poder no lo pueden comprender. A ellos no les pasa. Ellos no lo sienten. Ellos no saben lo que significa perder a alguien injustamente en una acción que pudo ser evitable. Un Secretario de Transporte no puede decir que si esto hubiera ocurrido un feriado no hubiera sido tan grave. Señor Secretario de Transporte, usted es un irrespetuoso, no solo con los familiares de los fallecidos, con los heridos y sus familias, sino con todo el pueblo Argentino, incluido el 54% que voto a la Sra. Presidenta.

En mi opinión, más que humilde, estos accidentes dejan de serlos cuando pudieron haber sido evitados. Eso es lo que me dice el sentido común, que también me dice que este tipo de tragedia siempre es a causa del "Error Humano. En este caso el "Error Humano" es haberle dado el cargo que tiene y del cual no hace honor. "Error Humano" es que dirija la empresa TBA una persona sin escrúpulos, que transmite los mismos a sus dirigidos, como el Director de Material Rodante que dijo que es “Aceptable” el servicio y se inclinaba por una "falla humana". No sé si me explico, pero una de las fallas humanas es usted señor.

Y con respecto al maquinista, también es parte de la falla humana, ya que aún sabiendo que la formación tenía fallas no tuvo la entereza de bajarse y no conducir. De esta misma forma también es una falla humana que los trabajadores ferroviarios estén dirigidos por una persona que sólo hace bulla por dinero, dinero que está perfectamente bien que pidan para mejorar sus salarios. Pero no hacen bulla, ni paros, ni cortes al saber el estado desastroso de las formaciones y materiales, poniendo en riesgo no solo la vida del usuario, sino la de sus propios compañeros.

Todo es una cadena de fallas humanas. El tan mentado “Error Humano” es que los que están a cargo no hagan nada, y los que debieran controlar tampoco.

Veremos que dice la justicia. Espero que no se corte por lo más débil.

Y para terminar, hablando de los pedidos de casi todos, el "Que se vayan todos" NO SIRVE.

Ya se han ido todos en el 2001 y miren como estamos. El tema fundamental es que se corten las cabezas que se tengan que cortar, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

La máxima autoridad de este país tiene el poder de hacerlo con sus dirigidos y la justicia tiene el poder de juzgar y encarcelar a quienes correspondan en el ámbito privado.

Como dijo Mahatma Gandi: "Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer."