viernes, 5 de marzo de 2010

Envidia

Hoy por la mañana, mientras viajaba a una reunión, escuchaba el programa de Lalo Mir y Maju Lozano en la FM100 (Lalo por hecho), donde la consigna del día era que los oyentes llamaran a la radio contando a qué le tenían envidia cuando eran chicos.

Generalmente manejo tranquilo, disfrutando del manejo y a su vez divirtiéndome con lo que escucho, por lo que entre ida y vuelta, casi escuche todo el programa.

Siguiendo con la consigna del programa, los oyentes se iban comunicando por telefono y e-mail, contando sus anécdotas de chicos.

Muchas fueron las envidias de cada uno, desde envidiar a la rubia rica, hasta envidiar un par de zapatillas de la marca de las tres tiras.

Todos estos comentarios hicieron que mi mente viajara a mi infancia y buscara qué envidiaba yo cuando era chico.

No pude encontrar envidia en mi infancia. Y no es porque lo tuviera todo. Nuestra familia fue una familia de trabajo, donde papá trabajaba en Jabón Federal de 6:00 a 18:00 de lunes a lunes con un franco cada tanto. Y mamá trabajaba en casa, criándonos y haciéndonos crecer d ela mejor forma que podía o que sabía.
No pasábamos necesidades, pero no nos podíamos dar todos los gustos. Disfrutábamos lo que teníamos y nos divertíamos con cosas simples.

Tuve la suerte de estar con maestras que fueron de gran ayuda en esos primeros años y a las que recuerdo con gran amor: Isabel Iglesias, Haydeé Magnani, René Furlán y María Lanza de Leon. Todas en la Escuela Nº 13, Domingo Faustino Sarmiento, de Villa Madero.

Quizás esos primeros años, los excelentes compañeros de grado, los también excelentes amigos de la cuadra hicieron que no sintiéramos envidia.
Compartíamos lo mucho o poco que teníamos, juguetes, figuritas, juegos. En la vereda jugábamos carreras con autitos de plástico con masilla, o a las figuritas, o a la mancha venenosa. Incluso nos armábamos los carritos con rulemanes, o salíamos a pasear en bicicleta.

Envidia?
Qué envidia podíamos tener si lo teníamos todo?
Nos teníamos los hermanos, los amigos y los compañeros. Y todos éramos uno.

Por qué no disfrutamos más lo que tenemos, en lugar de envidiar al que tiene lo que no tenemos.
Es ésta sociedad la que nos lleva a pensar que necesitamos lo que no tenemos?

Siempre fui un agradecido de todo lo que la vida me daba, y lo sigo siendo.
Disfruto de cada segundo.

Creo que cuando llegue ese instante de último suspiro estoy seguro que no voy a querer cambiar nada de lo vivido. Aún los malos momentos, que si los hubo y duros.

Como dijo John Lenon alguna vez: "La vida es eso que pasa mientras nos ocupamos de otra cosa."