jueves, 22 de septiembre de 2011

Comentario Sobre Post de Carla Czudnowsky en el Blog de Ronnie Arias

Escribo este comentario, como un post en mi blog, porque es demasiado largo para ponerlo en el post de Carla Czudnowsky en Blog de Ronnie Arias.
No conozco personalmente a ninguno de los dos, pero a Ronnie es como si lo conociera de siempre, ya que lo he seguido en casi todos los programas en los que ha estado, desde que era panelista en Kaos, o como co-conductor con Dolores Bareriro, o actualmente en la FM100 en su programa Saraza todas las tardes.
Aquí mi comentario de ese post:

Soy papá de 2 niños, Julia Monserrat de 4 años (los cumple el domingo) y Bruno de 5 y medio. Ninguno de ellos llegó por casualidad. A ambos los hemos buscado con todo el amor que se puedan imaginar.

El obstetra de Carmen, mi señora, dice que su mujer no se explica por qué al embarazo le llaman "la dulce espera", si te la pasas vomitando los primeros meses, después te duele la cintura, se te hinchan los pies, vas a orinar a cada rato, etc... Y si, es así.

Así y todo, con la experiencia del primero, reincidimos en el segundo en un muy corto plazo. Y a pesar de no poder dormir de corrido durante varios años, de levantarme a la noche para calmarlos por las pesadillas o porque querían agua, o por los berrinches diarios, los kilombos en casa, o por todo lo que cuentan que les pasa con sus hijos y que a mí también me pasa, nunca jamás podría odiar a mis hijos. Si, puedo enojarme con ellos, puedo retarlos, darles algún chirlo en la cola.

Todo eso que nos pasa es el ser padres. Y eso que les hablo desde mis 46 años habiendo sido padre primerizo a los 41 años, "Papá Viejo" que le dicen.

Y es desde ahí en donde suelo irritarme, enojarme, pegar un grito. Creo que no es lo mismo ser padre a los veinte y pico o treinta y pico que a los cuarenta y pico o más. Ya la paciencia es otra. Pero vuelvo a insistir, Odiar a mis hijos jamás. Y sé que van a crecer, que van a ser adolescentes y que quizás me van a contestar mal. Es la vida. Y de nosotros depende que al crecer lo hagan como buenos seres humanos para que sean personas de bien.

No me saldría nunca odiarlos.

Hay una máxima popular que dice que lo que das es lo que recibís, o sea que si odias, lo más probable es que recibas odio.

Amo a mis hijos con todo mi corazón y con toda mi alma. Se perfectamente que soy capaz de hacer cualquier cosa por ellos.

No nos olvidemos que nosotros crecemos con ellos, y reaprendemos mucho de ellos, porque nuestro niño interior está escondido y con ellos podemos sacarlo un poco afuera.

Siempre tenemos que recordar cómo fuimos de chicos nosotros, y de ahí comprenderemos mas a nuestros hijos.

Mi mamá siempre decía que ella quería que nosotros tengamos una mejor niñez que la de ella y que nuestros hijos aún mejor. Pobre de los padres que así no lo piensen.

Palabras de mi madre, que siendo semianalfabeta, tenía ese amor por nosotros que guardo en mi memoria como uno de mis tesoros.

Así que Carla, Ronnie.... No podría odiar a mis hijos nunca. Y trabajo para que ellos no me odien nunca. Espero lograrlo. y comentario aparte, en todo lo que escribís, se nota lejos el amor que les tenés.

Además, nunca se olviden que ellos son los que elegirán nuestro geriátrico... Para pensarlo, verdad?